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4 minutos de lectura¿Qué es la educación ambiental para niños?

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La interacción responsable con el medio ambiente es un valor que, como empresa, debes fomentar en todo momento, sobre todo cuando se trabajes con niños. El conocimiento y el respeto del entorno natural, de la flora y de la fauna, se entienden parte de una educación integral. Por ello resulta interesante, no solo concienciar a los más pequeños en la importancia del cuidado del medio ambiente en cualquier visita a la naturaleza, sino también ofrecer programas y actividades que se desarrollen en un entorno natural, con el fin de promover la educación ambiental para los niños.

¿Cuáles son los objetivos de la educación ambiental para niños?

Que los más pequeños aprendan a reconocer la importancia del medio ambiente y a respetarlo es fundamental para el futuro de la sociedad. De ahí la importancia de transmitir estos valores de forma profesional y atendiendo a las características del grupo con el que vayas a trabajar y del entorno en el que vayas a moverte.

La mayoría de los niños están acostumbrados a desenvolverse en un entorno urbano. Por lo tanto, explicar qué es la naturaleza y cuáles son sus principales características es básico para sus primeras incursiones en ella. Para impartir una educación ambiental para niños eficiente es necesario adoptar un tono pedagógico y, antes de emprender la actividad, anticiparles con una charla lo que van a encontrarse. Todo ello sin olvidar que dar a conocer lo que es la naturaleza también implica explicar cómo se debe acceder a ella, para lo cual se es interesante impartir una formación sobre los materiales y el vestuario que deben emplearse.

Por lo tanto, en la planificación de la actividad debes contemplar los horarios en los que va a desarrollarse, teniendo en cuenta todos los consejos previos que hay que dar a los menores y a sus padres, en lo referente a los accesorios, los materiales y las normas de seguridad que hay que respetar.

Adaptación a las características del grupo y a las condiciones del entorno

Adaptar las actividades que llevemos a cabo con menores de edad a sus capacidades y características es clave para que disfruten de ellas y es, también, una garantía de seguridad. Que una actividad en la naturaleza resulte en apariencia sencilla o con escaso riesgo no es equivalente a que esté exenta de peligro. Debes contar con un protocolo actualizado y probado de actuación para posibles situaciones de peligro.

La normativa específica en cada Comunidad Autónoma

Puedes ofrecer cursos y actividades de educación ambiental para niños a colegios y otros centros educativos, por ejemplo, para que lo introduzcan en sus programas de formación como actividad escolar o extraescolar. Para ello, es imprescindible que visites el organismo de Juventud correspondiente a la Comunidad Autónoma en la que desarrolles la actividad. En él te indicarán no solo cuál es la normativa legal específica que se aplica en la región, sino cuáles son los ratios de actividad por niño y otras especificaciones.

¿Cómo se puede mantener la atención de los niños?

Las actividades de educación ambiental para niños deben impartirse de forma que los escolares mantengan en todo momento la atención en la actividad. El componente lúdico juega un importante papel en ello, puesto que ayuda a fijar lo que se está enseñando. Además de ello, un menor despistado o aburrido puede realizar acciones alternativas, no planificadas, para distraerse, y eso puede derivar en un posible riesgo para el mismo y también para los demás.

Así que, para llevar a cabo una actividad para niños en un entorno natural, valora las características del grupo de niños con el que se cuenta (edad, conocimientos y experiencia) y, por supuesto, también las del entorno en el que se va a realizar la actividad. Organizar la actividad de manera global contribuye a evitar imprevistos y a obtener los objetivos pedagógicos de la formación.