Cuando estás trabajando con personas, te ocurren un montón de situaciones. Algunas de ellas son divertidas y las cuentas una y otra vez (hasta que pareces tu abuelo con las batallitas de la mili).
Hoy me gustaría contarte alguna anécdota de clientes que hacen preguntas incómodas y como, echándole humor, las pudimos resolver sin generar malos rollos ni discusiones.
El tonto del Puénting
Un cliente que quería hacer puénting intentó que le bajásemos el precio tres euros por persona, a lo que le respondimos:
Claro que voy a hacerlo pero entenderás que tengo que quitarte algo a cambio. Para quitarte el primer euro haremos un escrito donde pongas que renuncias a reclamar si te pasa algo y que no quieres que el seguro te cubra. Para quitarte el segundo euro no te pondremos las cuerdas que utilizamos actualmente, sino unas que tenemos para desechar por el uso. Y el tercer euro te lo puedo quitar sin en vez de ponerte un guía profesional, te pongo un zagal que acaba de empezar, que no lo ha hecho nunca pero tiene pinta de listo y yo creo que se le dará bien.
Automáticamente el cliente, entendió lo ridículo de su petición y optó por renunciar a los 3 euros de descuento que nos pedía.
Tras la actividad de barranquismo un cliente insinuó que cobrábamos mucho para lo bien que nos lo pasábamos. Pusimos la cara a cuadros (no sabíamos que había que ir a trabajar amargado) y le respondimos lo siguiente:
¿Qué dices? La actividad te la hemos regalado, solo te hemos cobrado por las risas que hemos echado.
La anécdota del «comparador»
Otro día, llamó un cliente diciendo que había visto nuestra misma actividad en la empresa XXX y que allí, era mucho más barata. Le tuvimos que explicar que nuestra calidad de servicio no podíamos darla al precio de la otra empresa.
Es como si vas al concesionario de Porche y quieres que te lo den al precio de Dacia.
La «Influencer»
El mundo de los influencers también da para escribir un libro con una anécdota tras otra. No critico trabajar con ellos, critico la actitud de “rey del mambo” que tienen algunos. Llamó una chica diciendo que quería que le regalásemos una actividad a ella y a su pareja porque era Instagramer y podía ayudarnos a dar a conocer la marca. Tenía apenas 400 seguidores. Y no es por los seguidores que tenga, es por el morro que le echó para que la invitásemos. Medio en broma, medio en serio, le contestamos:
Creo que te vamos a dar más visibilidad nosotros a ti que tú a nosotros , así que no solo te cobraremos, sino que te cobraremos el doble.
Anécdota telefónica: Asesoramiento técnico gratis
Hay un tipo de llamadas telefónicas que son recurrentes, cada cierto tiempo se repiten. Son las llamadas que te piden información para hacer ellos una actividad por sí mismos. Puede ser senderismo o alta montaña, la actividad es lo de menos. Lo importante es que quieren que les ayudes a no contratarte pero aprovecharse de tus conocimientos.
En cuanto los detectas (algunos son muy sutiles al principio) es momento de terminar la comunicación. No te van a contratar nada pero te van a marear todo y más. Mi respuesta suele ser:
¿La asesoría técnica, a qué nombre te la facturo?
«Quiero el pack completo, pero gratis»
Otra llamada que también nos encontramos en algunas ocasiones son esos clientes que quieren que les busques un alojamiento u otros servicios pero sin contratarte nada a ti. Para que eso no ocurra les damos esta respuesta:
Una vez contratada la actividad con nosotros, te informaremos de todos los servicios complementarios que puedes encontrar en la zona, incluyendo alojamiento (o lo que te hayan pedido).
Seguro que te has enfrentado a clientes incómodos que, a veces, te han pillado con el pie cambiado y no has sabido que responder.
Si te sirve alguna de las que te he dado, adelante, puedes aprovecharlas, si no, ensaya unas que te encajen, para cuando te toque, jejejeje
Chus Montañés (Locura de Vida)