Durante todo el año, especialmente durante los campamentos de verano, realizar cualquier actividad al aire libre con los más pequeños implica un riesgo considerable de que se produzca una insolación. Tomar las medidas preventivas necesarias para evitarlo y saber cómo actuar si, a pesar de todo, ocurre, es imprescindible para ofrecer la atención adecuada que se requiere; evitaremos males mayores. Así pues, en este artículo, te indicaremos cómo evitar una insolación en niños y qué pasos seguir en el caso de que se produzca.
Medidas para prevenir la insolación en niños
La medida más básica para prevenir la insolación en niños es evitar que estén expuestos a temperaturas elevadas, manteniéndolos en ambientes frescos. La insolación o golpe de calor se origina cuando el cuerpo no es capaz de regular su temperatura interna, algo que puede suceder con mayor facilidad cuando se realiza una actividad física en un ambiente cálido. Evitaremos, por ello, programar actividades en las horas del día con temperaturas más altas y cuando el sol está más vertical, entre las 11 y las 17 horas, en verano.
La hidratación juega un papel fundamental para evitar los golpes de calor, y más cuando se está realizando alguna actividad deportiva. Es necesario insistir a los pequeños sobre la importancia que tiene beber regularmente, incluso aunque no se tenga sed. Los niños tienden a distraerse durante las actividades deportivas y los juegos, y dejan de ingerir líquidos, algo que hay que tratar de combatir. Cuando más calor haga, es recomendable refrescarles con agua fresca en la cabeza, la cara, el cuello y las muñecas.
En cuanto a la vestimenta, no debemos olvidar nunca el uso de gorros y sombreros. Otra medida importante si programamos actividades al aire libre en verano es la de no abrigar demasiado a los pequeños. Para que el cuerpo regule mejor su temperatura, debemos vestirles con ropa que permita la sudoración, como el algodón, y mejor si es de colores claros, que retienen menos el calor que los oscuros. Sobre la alimentación, se recomiendan las comidas ligeras y la ingesta de alimentos con mucho agua y muy nutritivos, como la verdura y la fruta.
¿Cómo reconocer un caso de insolación?
Una sensación de malestar general en el niño, con dolor de cabeza e, incluso, vómitos debería alertarnos sobre la aparición de la temida insolación. Si, además, el niño tiene el pulso acelerado y con poca fuerza, es casi seguro de que está sufriendo un golpe de calor.
Antes de llegar a esta situación, el niño habrá pasado por un estado de decaimiento. Es posible que el pequeño se muestre más irritado y sienta mucho calor, lo cual es perceptible en la temperatura de la piel. Si la situación está avanzada y es grave, el niño puede llegar a sufrir convulsiones o desmayarse.
¿Cómo actuar ante un caso de insolación?
Si detectamos que un niño sufre una insolación, debemos colocarle en un lugar fresco, retirarle la ropa y aplicarle paños o compresas de agua fría sobre la cabeza, el pecho, los brazos y los muslos para que su cuerpo se refresque. Si el niño puede beber debe hacerlo, pero siempre y cuando esté consciente o, de lo contrario, podemos contribuir a provocarle un atragantamiento.
Es imprescindible ponerse en contacto con los servicios de asistencia médica de urgencia en el número de teléfono 112 y, en función de lo que los profesionales nos aconsejen, esperar a que sea atendido o trasladarle a un centro médico. Los servicios médicos nos pedirán la localización del niño para valorar cómo se le puede atender si, por ejemplo, estamos en un lugar de difícil acceso.
¿Qué se debe evitar en caso de insolación?
Perder los nervios solo contribuirá a que no pensemos con claridad y a que entorpezcamos las labores de ayuda al niño que ha sufrido la insolación. Debemos mantener la calma y transmitir tranquilidad tanto al menor como al resto de personas del grupo. También es importante evitar la presencia de curiosos.
Si no tenemos conocimientos médicos, es preferible no intervenir más allá de las indicaciones del apartado anterior. Los servicios de asistencia nos indicarán los pasos adicionales que debemos seguir hasta que puedan hacerse cargo del pequeño.