7 minutos de lecturaMal de altura: qué es y cómo prevenirlo

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Cada año millones de personas suben a lo alto de la cima atraídas por las alturas. Ya sea para caminar, escalar o esquiar, la montaña te permite estar en contacto con la naturaleza a la vez que te pone a prueba, física y mentalmente. Ahora bien, como toda actividad de Turismo Activo, el montañismo conlleva ciertos riesgos. Entre ellos: el mal de altura.

En este artículo te ayudamos a prevenir, reconocer y tratar el mal de altura.

¿Qué es el mal de altura?

El mal de altura, también conocido como Mal Agudo de Montaña (MAM), es una afección que se produce cuando el cuerpo no se acostumbra a la falta de oxígeno en el aire. Viene provocado por una reducción de la presión atmosférica y niveles más bajos de oxígeno a grandes alturas, normalmente por encima de los 2500 metros.

Conforme se asciende más rápido a una mayor altitud, existe la posibilidad de padecer mal de altura. Además, cualquiera puede sufrirlo, aunque es más común en las personas que no están acostumbradas a altitudes elevadas.

¿Cuándo aparece el mal de altura?

El cuerpo humano funciona mejor a nivel del mar. Cuando el cuerpo alcanza cerca de 2.100 metros sobre el nivel del mar, la saturación de la oxihemoglobina (oxígeno en sangre) comienza a disminuir drásticamente.

En cierta manera el cuerpo humano es capaz de adaptarse para compensar la falta de oxígeno (los atletas utilizan estas adaptaciones para mejorar su rendimiento).

La mayoría de las personas se pueden adaptar a alturas de hasta 3000 metros en pocos días. Eso sí, para adaptarse a alturas más elevadas hay que invertir muchos días, incluso semanas.

Ahora bien, existe un límite para la adaptación: los montañistas se refieren a las altitudes superiores a los 8.000 metros como la «zona de la muerte», donde ningún cuerpo humano puede aclimatarse.

¿Qué síntomas provoca el mal de altura?

Los síntomas del mal de altura se podrían confundir con los de una resaca. Normalmente son mareos, dolor de cabeza, cansancio, náuseas, pérdida de apetito, irritabilidad, dificultad respiratoria e, incluso, confusión. Las consecuencias más graves del mal de altura son el edema pulmonar de altitud y el edema cerebral de altitud. En estos casos, el resultado puede ser fatal si no se trata a tiempo y no se desciende a cotas más bajas de altitud con rapidez.

La medicina de montaña reconoce tres regiones que constatan la reducción de oxígeno en la atmósfera. A mayor altitud, mayor riesgo.

  • Gran altitud = 1500 a 3500 metros
  • Muy alta altitud = 3500 a 5500 metros
  • Extrema altitud = por encima de 5500 metros

¿Cómo saber si estás padeciendo mal de altura?

Si te duele la cabeza, te mareas o tienes sensación de vértigo, se te acelera el pulso, o empiezas a tener náuseas o vómitos, es probable que estés comenzando a padecer mal de altura.

Los síntomas más severos y que requieren actuar de manera inmediata son tener graves dificultades para respirar, perder el equilibrio, tener alucinaciones, entre otros.

¿Cómo prevenir el mal de altura?

Al contrario de lo que puedas pensar, la preparación física no previene el MAM. Además, se sabe que las personas más jóvenes son más susceptibles a padecer de mal de altura que las de mediana edad (probablemente por la madurez del sistema nervioso).

Algunos factores que pueden influir en la probabilidad de desarrollar mal de altura son:

1. La temperatura.

2. El ritmo de ascenso.

3. La altura máxima alcanzada.

4. El tiempo de exposición a la altitud.

5. La cantidad de esfuerzo realizado.

6. La edad y el lugar de residencia habitual.

4 consejos para evitar el mal de altura:

  1. Bebe agua. Parece obvio, pero es muy importante mantenerse hidratado y comer alimentos variados y ricos en hidratos de carbono.
  2. Sube poco a poco. Asciende gradualmente.
  3. Si es una ruta de varios días, dosifica el esfuerzo al inicio.
  4. Evita el empleo de fármacos. Para prevenir el MAM, lo más recomendable es adaptarse progresivamente a la disminución de la presión atmosférica y de oxígeno, mediante un proceso denominado aclimatación.

¿Cómo se quita el mal de altura?

El mal de altura puede ser pasajero siempre y cuando se detenga el ascenso en cuanto empiecen los primeros síntomas. Por lo tanto, si te encuentras con este problema durante una expedición, lo mejor que puedes hacer es bajar a una altitud menor tan rápido como sea posible.

Si los síntomas persisten, desciende a una altitud menor y busca atención médica.

Según los profesionales sanitarios de MSD, la mayoría de las personas pueden ascender entre 1.500 y 2.000 m en un día, sin problemas. Ahora bien, se calcula que, aproximadamente, un 20% de las personas que ascienden hasta 2.500 metros y un 40% de las que ascienden hasta 3000 metros, sufrirán algún síntoma relacionado con el mal de altura.

Casos famosos de mal de altura

Una de las tragedias más conocidas que causó la muerte de ocho alpinistas, sucedió en el Everest en el año 1996. Si te gustaría saber qué sucedió, Jon Krakauer, uno de los participantes en esa expedición, ha escrito Mal de altura (Into Thin Air en su versión original) donde relata cómo una cadena de fatídicos acontecimientos en lo alto del planeta acabó con la vida de ocho personas.

En este sentido, hay otros casos de famosos que han padecido mal de altura – por suerte – sin mayores consecuencias para la salud. Es el caso del actor Chris Hemsworth que participó en el programa Planeta Calleja de aventuras extremas y tuvo que abandonar a causa del mal de altura.

El abandono de Chris Hemsworth en ‘Planeta Calleja’ (Mediaset). Imagen extraída de La Vanguardia.

Chris Hemsworth

“Al parecer tuve una falta de oxígeno en mis pulmones, al día siguiente podría haber sido en el cerebro y después buenas noches. No estaríamos sentados aquí”.

En este episodio, Jesús Calleja siempre ha salido a defender que Chris Hemsworth no sufrió mayores consecuencias porque el protocolo de seguridad fue “impecable”:

Jesús Calleja

“Es normal que personas que nunca estuvieron en una altura significativa desarrollen «mal de altura» que es lo que le pasó a Chris. Evidentemente si no se tiene la experiencia suficiente y te quedas a esa altitud sin hacer nada y durante mucho tiempo las consecuencias serían complicadas, pero en nuestro caso os diré que si de algo sabemos es «del mal de altura’ y tenemos la experiencia, conocimientos y medicación para atajarlo de forma inmediata. Así que cuando a Chris le dio el mal agudo de montaña por altitud, pusimos el protocolo en marcha, que es impecable: descenso inmediato, aplicar oxígeno (le dejamos como si estuviera a nivel del mar) y la administración de una serie de medicamentos que en pocas horas revertimos por completo «el mal de altura» de Chris, hasta tal punto que su propia mujer Elsa Pataki, ese mismo día decidió venirse a escalar una montaña de más de 5.000 m con nosotros porque Chris se había recuperado prácticamente del todo.  

En conclusión, para ascender grandes cumbres tienes que estar física y mentalmente preparado e ir acompañado de personas expertas que sepan cómo proceder y qué protocolos establecer en caso de mal de altura. Hay una tendencia creciente de que turistas adinerados (sin apenas experiencia ni condición física) se sometan a riesgos, antes reservados a alpinistas profesionales. Por ello, debemos plantearnos serias preguntas acerca de la comercialización de la montaña. No todo es cuestión de dinero ni todo vale por un puñado de likes.

Por Laia Dolcet (Deparaula)