La imparable afición al running en España ha hecho que sean miles los corredores populares que miran cada mes del calendario en detalle para decidir en qué carreras participar. Como empresa decidida a organizar competiciones de este tipo, debemos asegurarnos de que se cumplen todas las medidas de seguridad a nuestro alcance y de que los participantes puedan ser atendidos de inmediato y de forma completa en cuanto ocurra el más mínimo incidente relacionado con la salud. Pedir una ergometría o prueba de esfuerzo como requisito para participar en una carrera popular no es habitual en nuestro país, pero sí en otros de nuestro entorno más cercano.
Al igual que se ha difundido la presencia y el uso de desfibriladores, cada vez hay más conciencia de lo fundamental que es participar en una carrera con todas las garantías. Y eso depende, en gran medida, de los propios corredores que se inscriben en las carreras. Es por ello que en demasiadas ocasiones los esfuerzos extraordinarios que se realizan en ellas pasan factura e incluso se da el extremo del fallecimiento de algunos corredores. Un esfuerzo físico extremo sin la adecuada puesta a punto conlleva riesgos extraordinarios.
Recomendaciones médicas y de los preparadores físicos
Médicos especializados en Ciencias de la Actividad física y el Deporte y preparadores físicos insisten cada vez más en la importancia de efectuar pruebas de esfuerzo antes, no solo de participar en una carrera, sino incluso antes de comenzar a entrenar. Como organizadores podemos contribuir a esa sensibilización exigiendo, o al menos recomendando, realizar este tipo de test a los participantes en la competición que ponemos en marcha. Sobre todo, si se trata de recorridos de más de 10 kilómetros de distancia y, en especial, cuanto más larga y exigente sea la prueba.
Una prueba de esfuerzo para todos
En contra de lo que se pueda pensar, la prueba de esfuerzo no está solo recomendada para los atletas veteranos. Es aconsejable para cualquier tipo de corredor, de cualquier edad y desde el principiante hasta el profesional. Lo ideal es realizarla al menos cada 2 años. Aunque su principal objetivo es detectar una posible enfermedad coronaria, una ergometría o prueba de esfuerzo es capaz de detectar cardiopatías congénitas, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo, insuficiencia cardiaca avanzada, etc.
Acuerdos con centros médicos
La prueba de esfuerzo está dejando de ser una desconocida, que se asocia solo a deportistas profesionales a comienzos de temporada, para convertirse en un test conocido por un público más amplio. Su coste puede oscilar entre los 100 y los 200 euros, en función del centro médico, la Comunidad Autónoma en la que se realiza y el conjunto de chequeos que incluye, como la analítica de sangre. Como organizadores podemos llegar a un acuerdo con algún centro que realice pruebas de esfuerzo en nuestra localidad y conseguir que los inscritos en la carrera disfruten de un descuento. El centro médico verá cómo se difunde su labor (y muchos repetirán algún día) y los corredores afrontarán la carrera con más garantías. Como dicen los corredores más veteranos, “el mayor éxito es cruzar la línea de meta”.