Un blog de Urquía&Bas

10 minutos de lecturaLas carreras, un estilo de vida.

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Hay días, incluso en pleno confinamiento, en los que una se levanta ilusionada, con entusiasmo por lo que sabe que va a suceder.

Hoy es ese día. Tengo una cita importante y, aunque aún no lo sé, es una cita que me dejará huella.

Nuestra entrevistada se plantea retos pequeños y Desafíos de Gigantes. Es incansable, con un tesón a prueba de bombas y solidaria con los que sufren.

En su impresionante currículo deportivo, podréis leer que fue la 6ª en la Matterhorn Ultraks o la 13ª en la Transvulcania, ambas de la copa del Mundo Super SkyRace, o la 5ª en el Royal Ultra Sky Marathon de Italia, o la 3ª en el Europeo de Ultra de 2019, pero no os dirá lo disciplinada y paciente que es. Tampoco os hablará de su alegría contagiosa.

“¡Esto te construye o te destruye!
“Al final se trata de tener paciencia”.
“Hay momentos en los que se puede luchar y otros en los que se debe esperar a que los kilómetros pasen.”

Son algunas de las frases sacadas de su entrevista que reflejan su fuerza y su capacidad estratégica para correr.

Corre por afición, porque le apasiona, porque es su vida. Ella ya ha escogido entre el éxito como héroe deportivo y la soledad del corredor de fondo.

Ella es SILVIA PUIGARNAU y sé que, como me ha pasado a mí, su historia os va a cautivar.

La moda de las carreras populares llegó para quedarse. Tú, que llevas años disfrutando del running, ¿Cuándo y por qué te iniciaste en este deporte?

Aunque inicialmente el deporte que practicaba era el balonmano, siempre he estado muy vinculada al mundo de la montaña.

Tenemos una caravana fija en la comarca de la Ribagorza y desde pequeña, he crecido entre montañas. Solíamos salir con mi padre a hacer excursiones y travesías. Me lo pasaba tan bien, que irremediablemente quedé enganchada y no pude dejar de hacer a medida que iba creciendo. Siempre ha formado parte de mí. Si visitábamos algún sitio diferente, nos llevábamos las zapatillas para hacer una visita rápida de la zona, era nuestro momento y toda una aventura. Entonces éramos pocos los que disfrutábamos del montañismo.

También formé parte del grupo de Scouts de Agramunt, por lo que tuve experiencias muy variadas en el mundo montañero. Además, como mi padre fue uno de los fundadores del Club Atlètic Escatxics d’Agramunt (con él viajábamos por Catalunya para acompañarle en alguna competición), durante un tiempo practiqué Cross, obteniendo algún que otro buen resultado en categorías base.

Como anécdota, recuerdo que cuando salía a correr con mi padre, éramos los “locos” que corrían a pesar del tiempo, no importaba la nieve, la lluvia o el calor. De hecho, algunos aún nos lo recuerdan. Algún que otro amigo de la escuela se reía de mi porque corría y ahora, a sus treinta y pico, practica el running para mantenerse. Eso me resulta gracioso.

Un día, hará más o menos 7 años, recibí una llamada de Xavi Espiña, un atleta reconocido que estaba federado en el centro excursionista de Guissona, del cual yo también era miembro, ya que en mi población no teníamos en ese momento un centro excursionista. Me pidió que compitiese en una carrera de montaña. Estaba en pleno auge competitivo con el balonmano, pero acepté. Sufrí como nunca, fueron 30 km larguísimos, pero obtuve un buen resultado. Ahí empezó mi pasión por las excursiones rápidas (nombre que les doy a las carreras de montaña).

¿Pero, cómo te daba tiempo a hacerlo todo?

Estuve dos o tres años compaginando las carreras con el balonmano, pero al final, me lancé a la piscina y me decanté por las carreras de montaña. Los dos primeros años como amateur, visitando lugares con los amigos a través de las carreras, pero en cuanto pude dejar el mundo del fitness como trabajo (cosa que me permitía entrenar un poco más serio), me puse en manos de Rafa Flores, con el que he conseguido muy buenos resultados en Sky Running a nivel nacional e internacional.

Existen muchas maneras de entender el deporte, pero está claro que, si quieres mejorar tus marcas y superarte a ti mismo debes ser disciplinado para lograr tus éxitos. ¿Cómo es tu día a día? ¿Qué sacrificios haces para poder entrenar?

Mi día a día es tremendamente estresante. Debo ser muy disciplinada. Considero que tengo dos trabajos, el de profesora e investigadora en la universidad (INEFC) y el de atleta.

Recibo la “hoja de ruta” de mi entrenador y con eso organizo mi semana. Hay días que la primera sesión es a las 6:30h de la mañana, para poder ir a trabajar después y hacer la segunda sesión al mediodía. Otros días, gracias a la particularidad de mi trabajo, hago sesiones más largas (si puede ser de mañana mejor) y me quedo hasta tarde trabajando.

Los sábados y los domingos también entreno. Intento coordinarlo con mi pareja que también es atleta y aprovechamos para hacer tiradas algo más largas. Muchos fines de semana doblamos y entre sesiones me pongo a corregir o preparar temario, de esta forma libero un poco el trabajo que tengo entre semana y me permite seguir los entrenos, viajes, etc. Y cuando toca competición y viaje… entonces sí que es un terrible Tetris: si tengo clases, las paso a formatos virtuales o busco cómo recuperarlas. La verdad es que tengo suerte de trabajar en el INEFC.

Y ahora, ¿cómo lo haces?

En este momento de confusión, sigo trabajando y, tal vez, de forma más intensa, que es lo que tiene el teletrabajo (aunque ya tenía práctica en esto por otras situaciones), además, sigo entrenando a diario entre 1:30 y 3 horas. Todo es confuso y a veces te falta un poco de motivación, pero debes seguir activo, mantener tus buenos hábitos y el cuerpo en forma.

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Todo deportista se marca unos objetivos, hacerlo es síntoma de querer superarse y saber hasta dónde eres capaz de llegar. ¿Cuál es tu mejor resultado?

En realidad, al competir en montaña, no se habla de marcas porque el terreno es cambiante constantemente y existen otros factores en la competición por lo que no existen carreras comparables entre sí.

Puedo hablaros de resultados, como un 3er lugar en el Europeo de Ultra del 2019 o mis podios en alguna prueba de Copa del Mundo Sky Running.

Estamos viviendo momentos difíciles, de incertidumbre y preocupación. Como la vida misma, en la carrera de un deportista hay situaciones de todo tipo. ¿Cuál ha sido el momento más duro de tu carrera?

He tenido muchos, hago carreras muy técnicas y largas. ¡Te puede pasar de todo!

Por ejemplo, en 2017 competí en Escocia. Viajamos con mi actual club (A. E. Matxacuca) para disputar una prueba de Copa del Mundo. Yo era la única que disputaba la carrera el domingo, en la modalidad Extreme, por lo que, como su propio nombre indica, fue verdaderamente una aventura extrema. Os pongo en situación: Un solo avituallamiento, las condiciones climatológicas no ayudaban pues la lluvia, el frío y el calor no me lo ponían nada fácil a la hora de escalar, trepar o correr. Me caí y, por si fuera poco, me quedé sola en el país. El resto de mis compañeros tenía el vuelo de vuelta el domingo, y yo el lunes para poder terminar la carrera. Vamos, que después de sufrir durante 10 horas sabiendo que estaba sola en el país… nadie me esperaba en la meta. Además, del esfuerzo a veces se me nubla un poco la vista y todavía me quedaban 3 horas de coche hasta el aeropuerto, sola y conduciendo al por la izquierda. ¡Esto te construye o te destruye!

Otro de los momentos que recuerdo, es en el europeo de este año. Venía de una competición de la copa del mundo en Zermatt (Suiza), justo hacía una semana. Hice una gran carrera, pero se me abrió el dedo gordo del pie. Me pusieron tres puntos y quise correr igualmente. Fue la primera vez que no podía conmigo. Cansada, seguramente de la semana anterior, con los pies llenos de ampollas (como de costumbre), disputé el podio hasta el final, a pesar de seguir corriendo con una herida que, por culpa de las protecciones, iba aumentando su tamaño. Conseguí el tercer puesto en los dos últimos kilómetros, pero lloré y sufrí como nunca. Sé que podía rendir más, pero mis pies fallaron.

De todo aprendemos y salimos reforzados. Sacamos fuerzas de flaqueza y nos reinventamos. ¿Cómo lo superaste?

Como ya os he contado, al final se trata de tener paciencia. Hay momentos que se puede luchar, otros que se debe esperar que los quilómetros pasen.

Creo mi propio mundo, anulo los dolores, me pongo música e intento mirar donde estoy y siempre me digo: paciencia, todo llegará. Aunque sufras, la llegada está a pocas horas o pocos kilómetros y estoy segura de que compensará todo lo vivido.

Sin una ilusión, sin un motivo por el que luchar, es difícil seguir adelante en la vida. Por ello el ser humano siempre se propone nuevos retos y experiencias para enriquecerse. ¿Qué objetivos te marcas para esta temporada?

Ahora se han esfumado un poco la verdad. Tenía intención de competir en la Copa del Mundo, en las carreras más técnicas del calendario y alguna que otra Ultra. Además, poder representar a la selección española en el Mundial… pero ahora hay que esperar. Mantenerse firme y preparado para lo que venga, sin machacarse y adaptarnos a las situaciones.

Otra de las cosas que me hacía mucha ilusión, es un reto solidario que he tenido que aplazar… a ver cómo queda todo tras esta situación excepcional.

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