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4 minutos de lecturaCampamento multiaventura y alimentación: cinco consejos

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Es lógico que los padres pongan especial atención en todo lo relativo a la alimentación de sus hijos cuando les apuntan a un campamento multiaventura. Existen situaciones especiales, como la de los niños con alergias o intolerancia a ciertos alimentos, e incluso se dan casos de menores con trastornos de alimentación. Sin llegar a esos extremos, todo lo relativo a la alimentación durante el tiempo que dure el campamento cobra especial atención, puesto que los menores están en edad de desarrollo y a eso hay que sumar que, precisamente durante las actividades de multiaventura, su gasto calórico aumenta.

Estos cinco consejos te ayudarán, como organizador, a que nada quede al azar con respecto a la alimentación y a que ésta sea uno de los puntos fuertes de tu campamento multiaventura.

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Establecer una rutina de comidas

Pautar la ingesta de alimentos con un horario fijo para todos los días es muy beneficioso para la salud. Además de ser saludable para el metabolismo, ayuda a no subir de peso. Por otra parte, una rutina de comidas hace que los niños tengan la jornada estructurada y no descompensen demasiado el ritmo habitual de alimentación que ya tenían en casa. También contribuirá a regular el trabajo de los responsables de la cocina. A pesar de todo, en alguna ocasión especial la rutina se puede ver alterada, como por ejemplo si hay que madrugar más de lo habitual para realizar una actividad o si se celebra algo especial por la tarde.

Apostar por una alimentación variada

La mejor forma de alimentar a los participantes en un campamento multiaventura es ofrecerles la mayor variedad posible. Según la pirámide de alimentación, en la base de la dieta deben estar cereales como el trigo o el arroz, y las pastas, como los macarrones y los fideos. Deben ser también habituales las verduras, las hortalizas y las frutas. A continuación llega el turno para las legumbres (lentejas, garbanzos, alubias, etc.), los productos lácteos (leche, queso, yogur, etc.), las carnes y los pescados. Por último figuran los dulces y las grasas. En cuanto a las bebidas, lo más recomendable es el agua, seguido por los zumos naturales. Se deben evitar las bebidas carbonatados y azucaradas.

Conocer de antemano las necesidades especiales de los niños

La mejor forma de evitar cualquier posible riesgo relacionado con la alimentación es ser previsores. En la inscripción de los niños, debemos informar a los padres de que deben indicar cualquier tipo de particularidad relacionada con la alimentación que presenten sus hijos, como alergias a alimentos, intolerancias, etc. En el mercado existen hoy muchos alimentos sin gluten, lácteos sin lactosa, etc. que facilitan las cosas. Especial es el caso de niños con algún trastorno alimenticio de diferente grado, para el que habrá que habilitar un protocolo especial pactado con sus progenitores.

Comer cada poco tiempo, más saludable

Hacer cinco comidas al día será mejor que hacerlo tres. Ingerir alimentos cada 3 horas combate la sensación de adormecimiento de la comidas copiosas y mantiene el metabolismo más activo. Una buena secuencia de comidas sería: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. La última comida debería realizarse 3 horas antes de ir a dormir para impedir que la digestión interfiera en el sueño.

La comida para llevar, siempre prevista

Es habitual que en un campamento multiaventura muchas de las actividades que se llevan a cabo se realicen fuera del lugar base, en el que está el comedor. Por ello hay que tener prevista la elaboración de comida para llevar. Debemos tener en cuenta que, además de la actividad deportiva, los niños van a desplazarse cargados con mochilas. Por eso su gasto energético va a ser alto. También el calor requiere alimentos que proporcionen la mayor hidratación posible y su opuesto, el frío, genera un incremento del gasto calórico que habrá que compensar.

Los alimentos fáciles de transportar, ligeros y compactos, resultarán los más interesantes. Aunque barritas energéticas y bebidas isotónicas sean resltar útiles en momento concretos, no deben ser la base de la alimentación. Una opción interesante es la comida liofilizada, fácil de transportar y con todos los nutrientes. Los frutos secos y la fruta (también desecada) son un complemento excelente.

Un comentario

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