Los campamentos juveniles han sido siempre una actividad popular en España. Son muchos los padres que consideran que apuntar a sus hijos a uno de ellos servirá para que interaccionen con chicos de su edad, descubran la importancia del compañerismo, incorporen ciertas reglas de disciplina y, de paso, aprendan diversas habilidades. Hay una enorme variedad de modalidades de campamentos juveniles, desde los que están enfocados al contacto con la naturaleza hasta los temáticos, enfocados por ejemplo a aprender inglés. Todo ellos, sin embargo, tienen en común ciertos aspectos que queremos destacar a continuación.
Claves para tener éxito con un campamento juvenil
Estos cinco consejos van dirigidos a aquellas empresas que desean organizar campamentos ajustados a lo que demanda el amplio público potencial de estas actividades.
- Define qué tipo de campamento quieres antes de empezar.
En España existe una formidable oferta de campamentos de todo tipo. Muchos son tan específicos, que llegan a competir en pequeños nichos de mercado. Por ejemplo, los tradicionales campamentos multiaventura están dejando paso a campamentos específicos de un solo deporte, en los que se profundiza en la técnica y la práctica del surf, el buceo o la escalada. Otra alternativa es compaginar una práctica deportiva con el aprendizaje de un deporte. En todo caso, debemos reflexionar sobre qué queremos ofrecer y tenerlo muy claro a la hora de estructurarlo, ya que esa elección determinará muchos aspectos, como las fechas de celebración o el tipo de monitores que necesitamos. Si nos dirigimos a un público juvenil es importante no ofrecer un tipo de campamento dirigido a edades más pequeñas, como los de tipo granja. Sí pueden tener cabida actividades culturales y de autoconocimiento.
- La fecha y el lugar, claves para acertar
Si en nuestro campamento juegan un papel fundamental los deportes al aire libre sobra decir que tendremos que ubicarlo en fechas con buen tiempo, en las que se puedan pasar muchas horas al aire libre con la mayor luz posible. Por otra parte, un entorno con encanto o un lugar de especial valor medioambiental o patrimonial puede también marcar la diferencia.
- El doble valor del trabajo comunitario.
Que los participantes en un campamento juvenil se encarguen de algunos trabajos comunitarios (limpieza, lavandería, mantenimiento, etc…) tiene un doble valor. Por una parte, enseña valores como la importancia de la ayuda en las labores domésticas, lo fundamental que es la colaboración y una disciplina diaria. Por otra parte, permite que el campamento no resulte tan caro como si hubiera que contratar los servicios de una empresa que se encargara de esa labor. A pesar de ello, sí es recomendable dejar el servicio de restauración en manos de profesionales.
- Ten en cuenta la opinión de los padres.
Los padres de los participantes no son solo los que pagan el precio del campamento, lo que al fin y al cabo hace que su satisfacción deba ser uno de nuestros objetivos. Son, también, los que más contacto tienen en el día a día con sus hijos y los que, por lo tanto, mejor nos pueden indicar sobre cuáles sus gustos y preferencias. Igualmente, la opinión de los padres es muy valiosa para aprender de los errores cometidos y tratar de corregirlos en el próximo campamento.
- Asistencia médica, seguro y responsabilidad civil.
Además de cumplir la normativa en materia sanitaria, el organizador del campamento debe ofrecer un Seguro de Accidentes y otro de Responsabilidad Civil para los participantes. Con el primero, se cubren los gastos de rescate, salvamento, asistencia sanitaria, fallecimiento e invalidez causados por un accidente sufrido por los participantes. Con el segundo, se cubren los riesgos que van asociados al uso de las instalaciones y a las actividades que se desarrollen durante los campamentos y que hayan podido ocasionar, tanto daños personales como materiales, a terceros perjudicados. Ambos seguros suelen ser de obligada contratación, dependiendo los límites de la normativa vigente en cada comunidad autónoma.