El deporte es uno de los grandes motores de la sociedad contemporánea. Practicarlo en primera persona y acudir a eventos en los que otros lo realizan son dos prácticas que se han hecho comunes y que se encuentran, en este momento, en pleno auge. El turismo deportivo aúna ambas actividades; por una parte, satisface el deseo de realizar deporte en otro entorno y frente a otros rivales y, por otra, hace que muchos aficionados se desplacen para ver en directo a sus ídolos y a sus equipos favoritos. Por eso, cuando pensamos en nuestro negocio o en nuestra empresa de aventura, debemos preguntarnos en todo momento qué es lo que demandan y lo que buscan los amantes del turismo deportivo.
Profesionalidad y experiencia en turismo deportivo.
La profesionalidad en el servicio ofrecido puede marcar la diferencia entre una experiencia común y una experiencia que el cliente pueda recordar como inolvidable. Contar con monitores formados y con la suficiente experiencia en su especialidad es la mayor garantía que, como empresa, podemos tener ante aquellos que confían en nosotros. La imagen que el monitor de una actividad ofrezca será la propia imagen de la empresa.
Un entorno natural fuera de lo común.
Los apasionados del senderismo, el rafting o el barranquismo son, en este aspecto, mucho más exigentes que los amantes de otros deportes, sobre todo si son ‘bajo techo’. Su deporte preferido se realiza al aire libre, por eso el lugar en el que lo practican cobra una especial importancia. Emplazar la actividad en un hermoso paraje natural o en un lugar de gran valor histórico o cultural convertirá la experiencia en algo único. Si somos capaces de aunar experiencia deportiva y descubrimiento de un lugar único, pondremos todo por nuestra parte para que el cliente repita en un futuro próximo.
Aprender nuevas técnicas y descubrir las últimas novedades.
En el turismo deportivo, y más en el de aventura, nunca se deja de aprender. Desde nuevas técnicas hasta novedades en cuanto a logística y gadgets. Es importante crear una atmósfera relajada y propicia para que el cliente pueda sentirse cómodo para preguntar. Una de sus pasiones es descubrir más cosas sobre su deporte favorito, por eso debemos entender su curiosidad y servirle de referencia con consejos y recomendaciones.
Seguridad, seguridad y más seguridad.
En este apartado toda la información que se pueda facilitar al cliente será siempre poca. No se trata de abrumarle con todos los detalles sobre seguros y permisos con los que cuenta la empresa, sino que hay que dejar una puerta abierta a toda esa información para que aquél cliente que esté interesado en conocer cualquier detalle de este ámbito lo pueda hacer con facilidad. Si tenemos una web, bastará con reunir todos los datos sobre seguridad en un apartado que el cliente pueda tener a un solo ‘click’. Sin embargo, sí que es primordial que el encargado de dirigir la actividad recuerde de manera verbal las indicaciones de seguridad antes de realizar cada prueba.
Cuantos más servicios, mejor.
Recuerda que muchos amantes del turismo deportivo recorren una gran cantidad de kilómetros para realizar una actividad, y que querrán encontrar ciertas comodidades a su llegada. La mayoría se desplazarán en autobús o en vehículos particulares, por lo que resulta interesante habilitar una zona de estacionamiento de vehículos lo más cerca posible de las instalaciones de la empresa deportiva. Los servicios e instalaciones demandados en las cercanías pueden ir mucho más allá, desde restauración hasta zonas de descanso, duchas, cambiadores para niños pequeños, taquillas y otros. También es interesante ofrecer una variedad de actividades que permitan al usuario elegir la que más les apetezca realizar. Una buena práctica es ofrecer actividades para toda la familia, las cuales pueden ir desde rutas guiadas por la montaña, paseos a caballo o en quad a actividades que requieran mayores esfuerzos como la escalada o el rafting.