Un blog de Urquía&Bas

4 minutos de lecturaTres errores que debes evitar si organizas campamentos de verano multiaventura

Tabla de contenidos

Con la llegada del buen tiempo y del verano llega la temporada alta de campamentos de verano multiaventura. Los padres lo ven como una buena oportunidad de que sus hijos disfruten de las merecidas vacaciones en compañía de niños o chicos de su edad, todo ello practicando deporte al aire libre y aprendiendo nuevas habilidades. Como empresa, este tipo de campamentos representan un verdadero reto que afecta al ámbito logístico y requiere de una planificación, de la búsqueda de monitores, de la contratación de seguros, etc.

A pesar de contar con la mejor organización, en ocasiones se pueden producir errores que pueden echar por tierra meses de trabajo. Y, lo que es peor, harán que los padres no vuelvan a confiar en nuestra empresa para sucesivas ocasiones. Descubre aquí tres cosas que debes evitar para que tus campamentos resulten un completo éxito.

Documento sin título

No ajustar las actividades a la edad de los participantes

Hay muchas modalidades de campamentos de verano multiaventura, pero todos tienen en común la adaptación de las actividades que se desarrollan en ellos a las diferentes edades de los participantes. La edad de 4 años es la mínima para participar, puesto que a partir de esa edad los niños comienzan a valerse por sí mismos (siempre bajo supervisión adulta). Por otra parte, la estatura mínima exigida son los 1’15 metros, un requisito mínimo para poder usar diferentes materiales, por ejemplo en actividades como la tirolina, la escalada, el paseo por puentes colgantes, etc.

Ajustar las actividades a las edades implica que, por ejemplo, los niños más pequeños que interaccionen con la naturaleza por primera vez puedan explorar el entorno con yincanas y sendas multiaventura, en las que se puede mostrar cómo hacer herramientas o nudos, o cómo orientarse en el campo. Con chicos de más edad se puede apostar por actividades de mayor intensidad, como el piragüismo o el rafting. Los adolescentes suelen disfrutar mucho con la espeleología, en la que se combina la exploración con el aprendizaje de conocimientos relacionados con la geografía y la geología.

Los descansos estarán también marcados por la edad de los participantes, ya que los niños más pequeños tendrán pautadas sus horas de siesta a diario y horarios más fijos, mientras que los niños mayores y adolescentes tienen más variabilidad.

Olvidarnos de que todos los participantes deben sentirse incluidos

De poco servirá que hayamos programado una serie de actividades de campamento que a nosotros nos parezca muy interesante si hay una parte del grupo a la que no le llama la atención y hasta decide quedarse al margen. Esto sucede especialmente en los campamentos juveniles, en los que algunos niños o adolescentes se pueden ver desplazados al no gustarles los deportes de cierto riesgo o las actividades de senderismo, por ejemplo.

No debemos olvidarnos de que, al mismo tiempo que, como empresa, ofrecemos entretenimiento, también debemos hacer cierta pedagogía y tener una actitud de divulgación con los jóvenes, para que aprendan a apreciar el medioambiente y el contacto con la naturaleza. La vida sedentaria hace que muchos tengan el primer contacto con la naturaleza más tarde que otros, lo que hace especialmente importante enseñarles a disfrutar del medioambiente respetándolo al mismo tiempo.

Minusvalorar la importancia que tiene la opinión de los participantes

Una vez finalizado el campamento, no dudes en informarte sobre el nivel de satisfacción que han tenido con él los participantes. Puedes hacerlo preguntando directamente o realizando una encuesta anónima el último día. No sólo descubrirás qué ha fallado y por qué, sino que estarás en el camino de resolverlo. Por ejemplo, un mal servicio de comidas puede tirar por tierra la experiencia de un campamento a pesar de que los participantes le den un ‘10’ a las actividades al aire libre. Asume que no serán muchas las ocasiones en las que recibas felicitaciones, pero puede que aún menos las veces en las que oigas reclamaciones. Eso no quiere decir que no existan, sino que los niños o jóvenes se las comunicarán a sus padres cuando estén en casa.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *