Las pruebas para gincana son un clásico de los cumpleaños y los campamentos infantiles. De hecho, hablamos de una manera muy sana de divertirse en plena naturaleza donde se miman aspectos como la camaradería o la amistad entre los más pequeños. En este artículo vamos a pasar revista a algunas de estas míticas pruebas de gincana con la idea de ponerlas en práctica con los chavales. Por cierto, no olvides que para asegurarte el éxito y que nadie se aburra debes buscar la variedad de las pruebas. Recuerda que te enfrentas a un público muy exigente. Vamos a ello.
También has de ceñirte al número de participantes pues hay pruebas que por su propia naturaleza requieren de un buen número de niños para que realmente resulten amenas.
Pruebas para gincana
Carrera de sacos: Nos encontramos ante una de las pruebas de gincana más imperecederas. Solo tenemos que hacernos con unos sacos de gran tamaño y que los peques empiecen a dar brincos dentro de ellos e intenten llegar a la meta en primer lugar.
Carreras de huevos en la cuchara: Otro clásico entre los clásicos que seguro que todos recordamos. La prueba consiste en correr con la cuchara en la boca y, a su vez, el huevo dentro de ésta. Ganará quien consiga llegar a la meta sin que se le caiga el huevo.
Encontrar un tesoro: Como buenos organizadores, nos valdremos de acertijos, pistas e incluso un mapa para la aventura de la búsqueda de un tesoro. Y, por supuesto, que no falte un buen tesoro de chucherías o de lo que se te ocurra. No olvides que es la piedra angular de este juego.
El globo irrompible: Esta prueba de gincana resulta de lo más divertida. Así, la dinámica del juego consiste en que cada participante lleva un globo atado al tobillo y debe pasar a la pista de baile donde su misión será tratar de pisar a toda costa el globo de los compañeros. Eso sí, ha de velar en todo momento por la seguridad de su propio globo y que nadie acabe pinchándolo con un pisotón.
El teléfono roto: Se forman dos equipos y con ellos se hacen dos filas. Una por cada equipo. El primero de la fila debe transmitir un mensaje al segundo y éste al de al lado. Y así se van pasando sucesivamente el mensaje hasta llegar al último de ellos que repetirá la frase en voz alta. Posteriormente, el primero de la fila repetirá la frase que él originariamente transmitió. Seguramente habrá cambiado mucho o quizás poco. Gana el equipo cuyo mensaje se haya mantenido más fiel al original.
El juego de la silla: Retomamos otro clásico. Lo cierto es que resulta imposible que los que ahora soplan más de treinta años no hayan jugado alguna vez a este juego. Así, se colocan las sillas en círculo, pero ¡ojo!, porque siempre habrá menos sillas que participantes. En concreto, una menos. Además, necesitamos música, y cada vez que ésta cese súbitamente, los jugadores deberán correr a ocupar una silla. El que se quede sin ella, será eliminado. Para las rondas sucesivas, iremos restando una silla por cada jugador que abandona el juego.
Estamos seguros de que con esta remesa de juegos de gincana no habrá niño aburrido.
2 respuestas
Muy buenas ideas.
GENIAL